domingo, 17 de octubre de 2010

Una carta.

Querido Nube azul:
Querida Ríe y transforma:
Querida Baila con el corazón:
Este día los dejo por un tiempo, los dejo con pesar en mi corazón, porque ustedes le dan sentido a lo que hago, y llenan mis días de ternura. Tengo que ir a hablar con gente de otra tribu, una tribu lejana, más allá de las montañas altas. Es gente que quiere saber qué hacemos aquí, qué creemos aquí, qué entendemos y qué nos falta entender. Yo también quiero saber qué entienden, que saben, qué creen.
Me voy por muchas horas, muchos días, tal vez demasiados. A veces me pregunto por qué voy allá, lejos. ¿No podemos estar juntos siempre, olvidar lo que hay detrás de las montañas, solo reír, y comer, y contar historias, juntos?
No podemos. No debemos. Creo sinceramente que es lo mejor para todos que pongamos nuestro rostro y corazón en una bandeja, y la presentemos a los amigos lejanos. Ellos también pondrán su rostro y corazón, y nos los mostrarán. Y entonces los entenderemos, y seremos más sabios.
Me llena de tristeza alejarme de ustedes, tan pequeños y felices, tan atentos a lo que digo y hago para ustedes.
Tan amados.
Pero uno se reúne con los amigos de otras tribus con la esperanza de, juntos, ser mejores, dar mejores cosas a ustedes, que hoy reciben y mañana darán.
Tal vez más adelante ustedes visiten otras tribus, busquen ser mejores y traer conocimiento precioso, y yo sea el que espere, cuidando nuestra fogata.
Pronto volveré, si el gran espíritu así lo quiere, y entonces trataré de repartir lo que nos dan nuestros hermanos lejanos. Ya quiero estar de vuelta y mirar los ojitos de Baila con el corazón, escuchar las canciones de Ríe y transforma, conocer las aventuras de mi noble Nube azul.
Dice Ríe y transforma que, si puedo, le traiga algo. Pero que prefiere que vuelva, aunque no le traiga nada. Luego razona que, si no vuelvo, no podría traer nada, de todos modos, y se ríe.
Yo voy a hacer todo lo mejor que puedo y sé, y luego voy a volver. Y el camino de vuelta a casa será el más luminoso, como siempre.
Mi mejor parte se queda con ustedes, siempre suyo,
Perro sin raza.

domingo, 8 de agosto de 2010

Una propuesta para leer Rayuela en grupo

Esta entrada la hago en el contexto de el grupo de lectura #1libro que se desarrolla en twitter. En agosto y parte de septiembre de 2010 se lee el libro Rayuela, de Julio Cortazar. Es un libro complicado, y el autor, queriendo separarse de las lecturas lineales, propone que su libro se lea de varias maneras, en que los capítulos se "saltan".


Hay que notar que las dos lecturas sugeridas por el autor tienen los capítulos 1 a 56 en el mismo orden. Sólo que la segunda lectura agrega capítulos antes y después de los capítulos mencionados, lo cual me sugiere que los capítulos extra "envuelven" el relato base, y probablemente lo transforman, dan significados distintos a los mismos hechos.


Pensando en ello, se me ocurrió que podría yo hacer un hiperresumen de cada capítulo, luego ver el panorama de los 56 base, y comprenderlo como un todo; mirar luego el panorama de los 56 envueltos y ver si la estructura cambia... luego pensé que sería más divertido hacerlo entre muchos. Y pensé en los amigos de #1libro para este asunto. Además de ser gente interesada en Rayuela en este momento, son gente que está acostumbrada a hacer resúmenes de 140 caracteres... eso es ventajoso para este proyecto.


En resumen, propongo que:




  1.  Nos repartamos la rayuela. Cada quién hace el hiperresumen de un capítulo (sé que muchísimo se perderá en el camino, pero es sólo un ejercicio de análisis, entre muchos posibles).
  2. Otras personas pueden leer el hiperresumen de un capítulo dado, y proponer mejoras. Cuando el "encargado" del capítulo considera que el hiperresumen está listo, lo envía a nuestro coordinador, @1libro, y esa versión se vuelve la versión "canónica" del hiperresumen.
  3. Cuando tengamos todos los hiperresúmenes, hacemos la lectura de 3 maneras básicas: 1) hiperresúmenes 1 a 56; 2) Como señala el rayuel-o-matic; 3) En orden desde el primero al último hiperresumen. 
Pienso que este análisis, junto con la lectura y el comentario habitual de los pasajes que más nos gustan, y las valiosas preguntas que han alimentado el club de lectura, puede arrojar cosas interesantes para comprender esta obra vasta y complicada. Sin embargo, si les parece que es destazar demasiado un libro... no he dicho nada, apaga y vámonos.

viernes, 25 de junio de 2010

Motivaciones

Hoy no vengo a contar un cuento. Quiero decirles de una reunión en la que acabo de participar casi por casualidad. Había personas dedicadas a la educación, de diferentes países. Uno de los participantes siempre me ha parecido extremadamente lúcido, inteligente, capaz. De esos que uno endiosa y los pone tan lejos que no los ve humanos. Pues ese hombre habló mucho rato sobre la tristeza que hay con las condiciones políticas y sociales de su país; pero también habló de cómo la gente decidida regaló agua y flores a los policías antimotines, y cómo éstos al darse cuenta de la buena intención se retiraron. Habló de un hombre al que le rompieron la nariz e hizo una rueda de prensa para explicar la necesidad de dejar de tener miedo en vez de ir a un hospital a atenderse.


Muchas cosas dijo, este caballero que me parecía antes tan cerebral y distante. Y al final, conmovido y con lágrimas, explicó que no quedaba más que seguir trabajando, en educación entre otras cosas, con todas sus fuerzas, para poder ayudar a cambiar esa terrible realidad.


Y yo me sentí sumamente privilegiado de estar ahí, atestiguando y aprendiendo.

martes, 8 de junio de 2010

Cambios en mi blog



La entrada de Nuno Rocha me obligó a cambiar el formato del Tercero de Lazarus. Es un cambio radical. Me siento raro de tener un blog con colores alegres. ¿Te gusta?

Momentos - Nuno Rocha

No conocía a Nuno Rocha, cineasta. Me gustó mucho este video de él:




Espero que a ti también te guste.

domingo, 6 de junio de 2010

Crecer

Cuando era niño, siempre que pasaban por el viejo puente, saltaba sobre él. Su papá le preguntó por qué, y el respondió que quería partirlo. Su papá le dijo que, cuando creciera, podría partirlo con facilidad.


Unos años después pasó por ahí de nuevo. Se dio cuenta de que el puente era frágil tras el paso del tiempo. Ahora él era fuerte y podría romperlo con facilidad. Pero también se dio cuenta de que el puente era útil. La cálida tarde lo encontró reparando el puente. 


-Es verdad -pensó- he crecido mucho.


Para Pablo.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Descubrimientos de youtube

Sé que es rancio que lo diga, pero youtube, como muchos otros sitios de internet nos permite conocer cosas que de otra manera jamás nos hubiéramos imaginado. Depender de lo que le gusta a las televisoras locales o incluso a las internacionales, siempre nos deja un hueco en el corazón.

Hace unos años, descubrí buscando a unos cómicos españoles cuyo nombre ya no recuerdo, a Faeminio y Cansado, que no conocía pero que me parecieron muy buenos, sobre todo, por surrealistas. Dejo aquí un video de ellos, no el más gracioso, pero sí uno que puede ver toda la familia



En mi casa ya se volvió habitual gritar sin ton ni son ¡Pepeeee Navarrou!

No imagino a una persona con Síndrome de Tourette viendo esto.

viernes, 16 de abril de 2010

Publicidad de cartuchos de tinta

Esta madrugada, cuando salí a comprar la leche del desayuno y casi me atropella una patrulla en sentido contrario, atisbé un letrero de esos que llaman espectaculares, que intentaba dar publicidad a los cartuchos de tinta "originales" HP. Sin embargo, según yo, en un acto fallido, más bien se hicieron anti publicidad. Hasta donde recuerdo, el anuncio decía:

Entérate de esto:  Cartuchos hechizos fallan 40 % de las veces.
                           Cartuchos originales HP fallan 0 % de las veces.

De entrada, a la mejor uno se siente tentado a decir "tons, compraré sólo HP originales, como dictan la ley y los profestas". Sin embargo, partiendo de la base de que los Cartuchos hechizos de marcas patito no reconocidas por la Convención de Ginebra son más baratos que los HP, y sólo bajo la consideración de que "fallar 40 % de las veces" significa que 4 de cada 10 cartuchos vienen mal y hay que tirarlos, hagamos unas cuentas, asumiendo que los Cartuchos hechizos valen la décima parte que un HP, dos décimas partes, tres décimas partes... y que los HP siempre valen lo mismo (10, en este caso):










Evidentemente, un Cartucho patito que vale 10 (lo mismo que el HP) no conviene: gasto 100 en obtener los mismos cartuchos útiles que si gasto 60 en HP. Pero... la zona amarilla me muestran que si los Cartuchos patito valen hasta la mitad del valor que los HP (incluso algo más, hasta el 59.9999999 del valor), al comprar Patito ahorro (por ejemplo, comprar 10 patito a 5, y perder 4 que vienen mal, me cuesta 50, mientras que comprar 6 HP a 10 me cuesta 60). Según creo, no es improbable encontrar Cartuchos patito un 50 % más baratos que los originales.

Creo que el publicista no fue muy analítico, o confió en que nosotros no lo fuéramos. Y que conste que no voy contra los cartuchos HP ¿eh? sino contra esta publicidad específica.

lunes, 22 de marzo de 2010

Cerrando un hueco en Internet

Hace muchos años, Robert A. Heinlein escribió la novela Viernes. En ella, al igual que otros autores, anticipa la idea de Internet. Hay un pasaje interesante:

"Pon tu terminal en "búsqueda". Teclea sucesivamente los parámetros "cultura norteamericana", "habla inglesa", "mitad del siglo veinte", "comediantes", "La Máxima Autoridad del Mundo". La respuesta que una puede esperar es "Profesor Irwin Corey".

Por supuesto, uno lee eso y decide ponerlo a prueba. En inglés no sé, pero en español, tecleando todo eso, lo único que uno obtiene es... la dirección de la novela de marras en el sistema de intercambio de archivos Scribd.

Para subsanar dicho hueco, he aquí una breve y sentida semblanza del Profesor Irwin Corey, tomada de la Wikipedia:


El "Profesor" Irwin Corey (nacido el 29 de julio de 1914,  en Brooklyn, New York) es un cómico norteamericano, actor de películas y activista político de izquierda, que es conocido también como "La Máxima Autoridad del Mundo" ('The World's Foremost Authority'). Se le da crédito por haber inventado un estilo de comedia improvisada, sin script en el club de Enrico Banducci's en San Francisco, el hungry iLenny Bruce describió en cierta ocasión a Corey como "uno de los más brillantes comediantes de todos los tiempos". (traducido de la Entrada de Irwin Corey en la Wikipedia de habla inglesa).

De hecho, debo comentar una anomalía curiosa. Si reduzco los términos a buscar a sólo -comediantes "máxima autoridad del mundo" desaparece la liga a Scribd y aparece una a un capítulo 15 de (supongo) un libro apócrifo de Harry Potter. No imagino a qué se deba, pero este no es mi momento de descubrirlo.

lunes, 1 de marzo de 2010

Kindle, de Amazon: una reseña

Llevaba un buen rato sin poner mensajes aquí. Una buena parte de la culpa la tiene el bendito trabajo, como siempre; pero debo aceptar que otra parte la tuvo el Kindle que recibí hace unos días. Sé que llego tardísimo a las reseñas. El objeto no es nuevo. La versión 1 circula desde noviembre de 2007; y la versión 2, de la que hablaré, circula con servicios internacionales desde octubre de 2009.

Primero quiero contar por qué me decidí a comprar un Kindle. Tengo una larga historia en lectura laboral y recreativa utilizando medios diferentes al papel. La intención siempre ha sido cargar mucha lectura con poco peso y espacio, y poder leer en cualquier momento en que se preste la ocasión: una fila larga en un banco, tráfico en las calles, una hora libre en un lugar aislado. He usado computadoras de escritorio, laptops, varios modelos de palm y una clié. Nunca me decidí a comprar un teléfono de ésos que ya son minicomputadoras, porque no uso mucho el teléfono y porque me parece herético que esas cosas no son estándar: cada modelo significa volver a aprender dónde están los menús. ¿Por qué quise comprar un Kindle teniendo aún las otras opciones? (sí, mi vieja y bella palm Tungsten E2 aún sirve) Yo me resistía. Pero:

a) La pantalla no echa luz. Casi ni parece una pantalla. En realidad es una especie de pizarrón blanco, cuyo sistema se parece un montón al magna doodle que seguro muchos recordamos de la infancia, aunque con mucho mejor resolución.
b) Me prometieron (y me cumplieron) una batería que tiene aproximadamente una semana de autonomía
c) Conexión constante y gratuita a Amazon, para comprar libros + sugerencias de libros basadas en mis elecciones anteriores + libros en general un poco más baratos que sus versiones en papel + descarga del libro que se compre en aproximadamente 60 segundos (todo esto, me lo cumplieron, oiga!).
d) Opciones de lectura activa: al topar con una palabra en inglés que se desconoce, elegirla con el cursor de Kindle y al pie saldrá una definición (también en inglés) + wikipedia constante, gratis y con búsqueda inmediata sobre lo que esté leyendo + poder subrayar y comentar el texto. Como dijo algún comentarista de este aparatito, tras un tiempo de leer utilizando estas capacidades, uno ya quiere usar el cursor hasta con los libros en papel. Se vuelve automático y útil.
e) La característica definitiva, que me hizo decidirme (junto con un empujón de ánimo de Don Charles Malagón) es el hecho de que pueden colocarse en el Kindle archivos personales de formatos variados, como pdf, doc, mobi y prc. Para mí esta característica es indispensable, puesto que puedo llevar todo mi trabajo de lectura y comentarios en un dispositivo pequeño. Desde mis tiempos de palm, recuerdo la frase de Unamuno: no lleves en tu cabeza lo que puedes llevar en tu bolsillo. Eso sí: los archivos deben ser transformados.Tras unos días de buscarle, he encontrado tres maneras de transformarlos que son satisfactorias, y que permiten hacer lectura activa con ellos (si los pdf se transfieren simplemente, quedan más o menos como imágenes; no se pueden hacer varias cosas con ellos; si hay interés, ya pondré en otro artículo los métodos que descubrí).

En fin, que una venturosa tarde de febrero me llega un paquete, una caja de cartón sencilla, que dentro tiene un delgadísimo aparato que a primera vista parece una minilaptop que no se dobla, luego parece una tablet pc o un iPad, y finalmente no se parece a nada al observarlo detenidamente. Me siento un poco como un steampunk, porque el objeto no tiene una pantalla de cristal líquido, ni de plasma, sino otra cosa que parece venir del pasado. Tras unas pocas vacilaciones mientras empiezo a leer la guía en pantalla, entiendo el funcionamiento, lo generalizo, y luego lo automatizo; como era la intención de Amazon, uso el Kindle como uso un libro: sin fijarme en él, y fijándome en lo que leo. Kindle desaparece y sólo queda un autor hablándome, como ha sido desde que tengo seis años y libros de papel.

La compra me pareció muy satisfactoria. Tratando de decir el precio de una manera que sea significativa para mis (dos) lectores no mexicanos, diré que cuesta, ya con impuestos, aranceles, gastos de envío y demás, lo que un teléfono celular de media pinta; no muy nuevo, no muy viejo. Me dan ganas de hacer unas cuentas para ver si sale más barato que cada niño mexicano tenga un Kindle y se le distribuyan sus libros de toda la primaria y secundaria en archivos por internet, o el actual esquema de libros gratuitos (es decir, pagados con los impuestos de todos los mexicanos) en primaria y secundaria, de papel, que se distribuyen tortuosamente, por vías que no siempre llegan a buen puerto... no sé si las cuentas quedarían a favor del Kindle, pero pienso que, si acaso, no perdería por mucho. Cuando veo mi objeto de lectura, siento que estoy viendo el futuro, con cada alumno cargando sólo un "libro" a la escuela. Con cada niño mexicano accediendo a todos los libros que pueda y quiera leer, y no sólo a sus libros de texto. Pienso en Borges y su libro de arena. Pienso en todo lo que voy a aprender y me voy a divertir tan sólo diciendo las palabras mágicas y apretando un botón.

viernes, 26 de febrero de 2010

El Gunds no se fue.

Hace casi 30 años, el Gunds y yo nos conocimos en la secundaria. Una de las primeras cosas que recuerdo que obtuve del muy enriquecedor contacto que tuvimos desde entonces, fue que me presentó la obra de Julio Cortázar. Creo recordar que es en viaje al día en 80 mundos que viene una especie de ejercicio en que el autor, narrando en primera persona, abstrae todo, menos un elemento del paisaje. Digamos, la sonrisa de una persona, que flota por ahí, puesto que lo demás fue imaginariamente disuelto (Gunds seguramente recuerda la cita exacta).
Un ejercicio favorito, desde entonces, que aún en estos tiempos llego a hacer, es abstraer a la gente en el vagón del metro, excepto la mano con que se agarran al tubo, abstraer el metro y el tubo también, y quedarme sólo con manos viajando a 80 km por hora en la oscuridad de un tunel...
Pero divago. Gunds me ha presentado a muchos autores de libros maravillosos, me presentó con SPIN (mi primera comunidad virtual, en 1993 y creo que una de las primeras en México), me ha presentado muy buenos amigos.
Un día, me tocó presentarle el Magic, y a ambos nos gustó mucho jugar ese juego juntos. Nos reuníamos, normalmente en su casa, y ante un buen café que él sabía preparar muy bien, nos poníamos a jugar. El juego era la mitad del asunto, y la otra mitad era 80 % mental (parodiando a Yogi Berra).

Ahora, me dicen que el Gunds ya no está. Que se fue a Ecuador. Pero yo creo que me están inventando cuentos chinos; como Cortazar me enseñó hace tanto tiempo, he abstraído de Gunds el juego del magic y la conversación inteligente. Y esas dos cosas las sigo teniendo... de hecho, en este momento están sucediendo, así que ya dejo esto y me voy a conjurar una bestia pateka gigante 6/6 para ganarle una partida más.

jueves, 11 de febrero de 2010

Miedo a la escuela


Hace unos días, unos amigos  me pidieron consejo sobre su pequeño de preescolar, que repentinamente empezó a llorar y decir que no quería ir a la escuela. Escribí algunas cosas en mi calidad de padre de tres que han pasado por las mismas, cada uno a su manera, y un poquito como psicólogo educativo. Como ellos me respondieron que lo escrito les fue útil, pues lo pongo ahora aquí, con el ánimo de que sirva a más gente.

Muchas veces, los niños sienten miedo verdadero al cambiar cosas de su mundo que ellos consideraban estructurales. Es como si de pronto, para nosotros adultos, dejara de salir el sol, o las cosas no cayeran hacia abajo. Pienso que es muy probable que eso le pase a muchos niños cuando empiezan a ir a la escuela o cuando ya iban y repentinamente dejan de querer ir. Cuando además la maestra maneja las cosas de manera distinta que la maestra anterior, la diferencia se hace más visible y se desata la ansiedad. Cuando eso pasa, durante unas semanas será difícil la ida a la escuela, y además es posible que a cualquier hora del día que el niño se acuerde de que tendrá que ir al día siguiente a la escuela (y tal vez llore un poco). Cosas para ayudarle a elaborar más pronto la idea de que la nueva maestra es distinta que la antigua pero no por eso es mala:

  • Buscar libros con ilustraciones grandes y pocas letras sobre el conflicto de ir a la escuela, y leérselos frecuentemente. He usado uno llamado "Martino va a la escuela", pero hay muchos de ese estilo. Tras leerle, o durante la lectura, si él dice cosas espontáneamente, hay que escucharlo con atención y comentar, y preguntar de manera no demandante, sino como en una conversación casual.

  • También se le puede contar un cuento inventado sobre un niño que no quiere ir a la escuela y no quiere decir por qué. Muchos niños pueden comentar lo que les pasa y elaborarlo mejor cuando se despegan del problema y sienten que están hablando de otro niño.

  • Platicar con la maestra un momento, de cosas triviales y agradables, a la hora de dejar al niño o a la hora de recogerlo puede ser una buena manera de que él vea que sabes de que la maestra es otra, y que no es amenazante. 

  • Si esto no es posible, tal vez se podría pedir una cita con ella, procurando que el niño esté presente, y en que, más que hablar de la escuela, se comenten cosas amigables. Podrías empezar por "mi amigo Lazarus me recomendó que para este asunto de la angustia escolar platicáramos un rato, en presencia de mi niño, sobre cualquier cosa, para que él vea que somos amigos". Si la maestra capta, te dará unos 5 o 10 minutos de charla tranquila y tu hijo verá que no es mala persona, porque tú la aceptas (tú eres su medida de lo malo y lo bueno, mientras él aprende a hacer sus propios juicios).

  • Por supuesto, siempre preguntarle cómo le fue en la escuela, y escuchar de veras con atención lo que él tenga qué decir al respecto, sea bueno, malo o neutral. Preguntarle, interesarse... esas cosas hacen que él vea que la escuela es algo cotidiano.

  • No ceder a la tentación, causada por la aflicción de verlo llorar, a dejar de llevarlo. Los niños toman la medida pronto de ese tipo de cosas, y si ven que funcionan, las repiten. Hace años tuve un paciente que llevaba cerca de dos años sin ir a la escuela porque había aprendido a chantajear a sus padres y éstos no se decidían a cambiar el asunto.

  • Finalmente, existe siempre una pequeña, muy pequeña en realidad, posibilidad de que la angustia del niño esté justificada; de que haya algo amenazante en la escuela en realidad. No hay que ser paranóicos al respecto, ni dar las cosas por hecho. Una de las peores cosas que uno puede hacer es imaginarse que le hacen cosas malas a su niño en la escuela y luego darlas por hecho y comentarlas, porque el niño las oirá y creerá que es verdad que la escuela es mal lugar (tú eres su juicio mientras él desarrolla el suyo). Tampoco es buena idea llegar a la escuela en plan de energúmeno que exige que se trate mejor a su niño. Sí puede ser buena idea llegar muy tranquilos y comentar que les gustaría explorar si está pasando algo en la escuela que no ha logrado encajar el niño, y que le está causando angustia. Los ojos y oídos bien atentos no hacen daño, pero también hay que mantenerse en la realidad.

Espero que estas notas te sean de utilidad.

martes, 9 de febrero de 2010

Los planes de mi abuelo paterno.

Cuando era niño, entre lo que escuchaba y lo que observaba fui creyendo entender algunas cosas de mi historia familiar. La historia es importante, porque nos hace conscientes de las raíces que nos atan a la tierra, a nuestros hábitos, a nuestras formas de pensar, a las consecuencias. La historia del universo, la historia de la vida, la de los homínidos, la llamada Historia Universal, la historia nacional, la historia familiar. La personal. Todas son muy importantes para arraigar. Las conversaciones con mi papá en estos tiempos me han afinado algunas partes de la historia que yo no tenía claras.

Mi abuelo vino de Atotonilco, Jalisco. No sé si ya se había casado con mi abuela cuando vino, pero creo que es lo más probable. No sé si tenía dinero al llegar a la Ciudad de México, pero pienso que no demasiado. Puso un negocio pequeño en que se producían embutidos. Lo administró bien, y de rentar paso a ser propietario de una casa, y luego de varios terrenos en diferentes zonas de la ciudad. También compró un terreno en Jalisco, que, sospecho, era su plan de retiro. Pienso que quería regresar a su tierra cuando todo estuviera hecho aquí. También pienso que los terrenos que compró, como del tamaño de una casa casi todos ellos, en zonas residenciales, tenían la intención de ser obsequiados a sus hijos cuando se casaran, para que pusieran sus casas ahí. Un plan a plazo más corto, que mi abuelo tenía, era quitar unos rosales que estaban en el jardín delantero de su casa, y poner una entrada de auto ahí, puesto que ya dos de sus hijos manejaban. Mi abuelo no pudo llegar al final de sus intenciones, ni siquiera la de los rosales. El segundo infarto que tuvo, mientras estaba de cacería con unos amigos, se lo llevó. Mi papá no estaba en la ciudad, pero fue notificado de que el abuelo estaba muy grave y manejó muchas horas a gran velocidad para llegar a verlo.

Los planes que intuyo en mi abuelo cuando compró los terrenos no se realizaron. Todos esos terrenos se fueron vendiendo cuando fue necesario, y lo último fue la casa de mi abuelita, que es la que construyó y vivió con mi abuelo. Antes de que se vendiera, los rosales seguían ahí, según recuerdo. Con la falla milimétrica de una válvula cardíaca, la historia de mi familia paterna cambió radicalmente. Mi papá asumió la responsabilidad sobre los estudios de sus hermanos, y los compromisos de la empresa familiar, pero, sobre todo, hizo suyo un anhelo que seguramente le aprendió a mi abuelo: procurar que mi abuelita fuera feliz. Yo creo que lo logró en buena medida, dentro de lo posible.

La familia se fue desgranando, muchas veces estas cosas pasan a partir de experiencias terribles. Es cuando uno piensa que el abuelo murió demasiado joven, como tantas otras personas que duelen a quienes les conocieron, y a veces hasta a quienes nomás conocen la historia.

Hay veces en que no puedo quitarme de la cabeza el momento en que imagino a mi papá dejando de llorar, y tomando la decisión de llevar a esa familia sobre sus hombros. El momento en que se rompió, con un movimiento seco como de roca al partirse en dos, su ilusión de vida fácil, de junior de la clase media; la manera en que habrá volteado a ver a sus hermanos más chicos y pensar "¿qué necesitan estos niños de mí?"

lunes, 8 de febrero de 2010

Puentes

Leer un libro es un esfuerzo. Por una parte, hay que darse tiempo para ello, quitar otras actividades de ese tiempo, ser constantes. Por otra, la decodificación de letras, la extracción de significados y el automonitoreo para entender, regresarse, hacer hipótesis, ligar hechos y personajes, también tiene su dificultad.

Ahora, no digamos el que escribe el libro. Hace también un esfuerzo, mayor, que ni siquiera alcanzo a visualizar en conjunto.

¿Por qué se esfuerzan tanto?

Me gusta pensar que el autor se esfuerza porque quiere dar un mensaje al lector, y el lector, porque quiere recibirlo.

Así que los actos complementarios de escritura - lectura, pudieran considerarse nomás un puente, creado con esfuerzo, entre dos personas que quieren conocerse de algún modo.

domingo, 7 de febrero de 2010

Malvivientes al teléfono

Es molesto. En menos de una hora, he recibido tres llamadas telefónicas que considero muy probablemente intentos de sacarme datos por teléfono.

En la llamada uno, una voz que parecía de una mujer mayor, preguntaba, algo afligida, si yo le había llamado desde este número, porque ella había recibido una llamada de este número. Por si sí, por si no, mi respuesta fue decirle que nadie había llamado a ningún lugar desde mi número desde hacía mucho tiempo, y ya.

En la llamada número dos, una voz que parecía pertenecer a un joven analítico buscando dónde vivir, preguntó eficientemente por el inmueble que yo vendo. Sólo expliqué, sin dar absolutamente ningún dato, que yo no vendo ningún inmueble.

En la llamada tres, hubo una decisión por jugar una carta más fuerte: una voz de ranchero broncudo y poco tolerante me dijo que cómo andaba, que ya había llegado el plazo, y que había qué pagar. como no lo contradije, sino que sólo le dije que así era, me mencionó que tendría que hablar con el Fito para que me pusiera en su lista. Pos sí, ni hablar, ya qué, le dije. Y colgó.

Ahora ¿estaré en una lista? ¿o todos los malvivientes dedican su domingo en la tarde a llamar todo lo que pueden, para tener "trabajo" extorsionando por teléfono el resto de la semana?

Una de las primeras cosas que hay que hacer, dados los hechos, es enseñar a los niños a nunca nunca decir quién son ni dar ningún dato a menos que sepan perfectamente con quién están hablando. Aunque, vistas las cosas, yo creo que más bien voy a decirles a los míos que acerquen el teléfono a un adulto, pero que no contesten ellos.

Me parece duro que la mala gente vaya llenando cada vez espacios, resquicios más pequeños... ¡hasta por esta razón hace falta que la educación mejore en las sociedades! para que sea más difícil engañar y por lo tanto, sea más redituable tener una vida honesta.

viernes, 5 de febrero de 2010

666

Me desperté de madrugada. Simplemente, se abrieron mis ojos y yo estaba (creía estar) totalmente lúcido. De pronto, un pensamiento se formó casi solo en mi mente: la razón por la que la numeración de los minutos termina en 60 debe ser para que no pueda formarse el número de la bestia con la hora y los minutos.

Volteé a mirar el reloj. Eran las 3:33. La mitad. Me di cuenta de que era la mitad.
Y que yo era medio bestia.

(Me encantaría decir que es un cuento que inventé, pero es la pura verdad).

jueves, 4 de febrero de 2010

Tic Tac

Siempre es lo mismo: pido a un encargado de mi librería favorita que verifique en el sistema de cómputo si hay algún libro de Terry Pratchett. Rara vez me dice que sí. Y es justificable: son libros buenísimos. Se acaban casi en cuanto llegan. Para muestra, un botón:

"He visto morir galaxias. He contemplado la danza de los átomos. Pero hasta que tuve la oscuridad detrás de los ojos, no podía distinguir entre la muerte y la danza. Y estábamos equivocados. Cuando se vierte agua en una jarra, adopta la forma de la jarra y ya no es la misma agua de antes".

Terry Pratchett. Ladrón del tiempo. Plaza & Janés, 2009.

Gente común

Uno de los servicios que Internet me ha prestado desde hace unos 15 años es el de bajarme de la nube de creerme único, y mostrarme que en realidad, en un mundo tan lleno de gente, las cosas que uno hace son más bien típicas que atípicas.

Una nueva reflexión al respecto me la causa una de las muy bien presentadas estadísticas sobre el uso de Internet que focus.com ha publicado, y que yo encontré revisando el maravilloso alt1040.

Antes de mirar con detalle la imagen debajo de este texto, detente y piensa: ¿qué edad crees que tienen en general los escritores de blogs? Yo pensaba hasta hace un rato que en general eran jóvenes, y que yo podría considerarme un venerable entre los bloggers.

Ay de mí:


Al parecer, estoy en el grupo modal de edad de los escritores de blogs (eso significa que mi edad está en el grupo  de edad que tiene la mayoría relativa de los bloggers).

Ya no me parece tan moderno escribir un blog... eso sí, sigue siendo necesario.  :)

miércoles, 3 de febrero de 2010

Lo mejor de nosotros

¿Ya viste la animación promocional de los juegos olímpicos de 2012 "The best of us"? Me parece inspiradora. Me emocionó mucho la primera vez que la vi:


Un muchachito en el internado

Con esta entrada de blog inicio una sección, que tal vez vaya creciendo. Como no me gusta manejar ni tener coche, últimamente mi papá me ha apoyado en llevarme al trabajo. Eso hace que platiquemos mucho y de muchas cosas. Hoy por la mañana me contó cosas interesantes que yo sabía vagamente, y que ahora me precisó, y que, mientras me las contaba, ya me saboreaba yo de ponerlas aquí. Tú sabes que me gusta escribir sobre viajes en el tiempo. Pues considero esta entrada como otro tipo de viajes en el tiempo, sin futurismo.

Cuenta mi papá que cuando tenía como 15 años, en 1956, sentía que sus papás lo trataban muy duramente. No quiso entrar en detalles, pero mencionó que como era el mayor de los hijos, lo hacían responsable de todo, y que "en esos tiempos la disciplina era otra". Entonces, llegó a sus manos, tal vez en la escuela, una lista de los materiales y uniformes que debían llevar los alumnos al Colegio Benavente, que se encontraba (o encuentra) en la ciudad de Puebla. Ese colegio funcionaba también como internado, así que mi papá convenció a los suyos de que lo dejaran ingresar ahí, con visitas de los padres una vez por mes. Creo que él quería ir ahí porque parte del equipo que tenían que llevar eran dos trajes con corbata (no lo dijo así, pero mencionó que la lista decía que había que llevar esa ropa).

En el internado la disciplina también era rígida.Mi papá cuenta que a quien no tenía ordenadas sus cosas se las sacaban al pasillo; que había muchos ratos de estudio vigilado, antes de las comidas; que la comida no era muy buena (los frijoles tenían piedras, y mi papá se rompió un diente al morder una de ellas, por ejemplo). Para bañarse, a veces había agua caliente y a veces no, a voluntad del encargado de la disciplina. El dinero semanal que ya estaba considerado en la colegiatura que se diera a los muchachos disminuía si bajaban las calificaciones. El derecho a la visita de los papás, una vez al mes, estaba condicionada también a calificaciones; si eran bajas, había una segunda vía: "regalar" un disco L.P. de música clásica al encargado de la disciplina. La colección de discos de música clásica del Colegio Benavente era la mejor de todo Puebla. Si llegabas tarde a alguna comida, el encargado de la disciplina te golpeaba con una flexible vara de membrillo. Había días en que la leche sabía a rayos, pero el que diera la más pequeña muestra de no querer tomarla, se tenía que tomar la suya y la de los demás de la mesa.

En la página del colegio, que aún existe y es de esperar que tenga sistemas educativos distintos ahora, encuentro que las instalaciones en que estudió mi papá datan de 1948 y se parecen enormemente a las de la preparatoria en que estudié yo. Ladrillo rojo, edificios cuadrados con columnas en la planta baja... hasta el reloj hasta arriba, comandando los tiempos de estudio.

El balance que hace mi papá es que ganó algunas libertades en el Benavente (se iba de pinta a la ciudad, para gastar sus ahorros en comida que no estuviera mal cocinada), y perdió otras. Al año siguiente no volvió a esa escuela, sino que regresó a una escuela en la ciudad de México.

miércoles, 27 de enero de 2010

Memoria

Tengo muy mala memoria ecoica y episódica. Básicamente, eso significa que no retengo los hechos como sucedieron, si no tienen una significancia específica en mi sistema de conocimientos. Por poner un ejemplo, no recuerdo dónde o cómo fueron las bodas de mis hermanas (aunque sé que fui a las tres). Otro ejemplo: me costó un esfuerzo endemoniado aprenderme las tablas de multiplicar en primaria, y aún ahora, la del 7 no me la sé, sino que la construyo cada vez que la necesito.

Tener una memoria así de mala en esos aspectos, tiene muchas desventajas (sobre todo, sociales... por ejemplo, veremos si mis hermanas no me reclaman por esta entrada de blog). También tiene unas poquitas ventajas:

- Me maravillan cosas que supuestamente ya sabía, cuando me las cuentan.
- Algunas ideas por las que ya pasé, al escucharlas de nuevo (pero como si fueran nuevas para mí) me dan doble chance de valorarlas desde cero. A veces mis dos opiniones coinciden (lo cual las refuerza) y otras, difieren. En estos casos, soy más prudente para evaluar con más cuidado esas ideas en su segunda vuelta.
-Estoy obligado a conocerme muy bien, para poder reconstruir mi conducta en el pasado. Si alguien me dice "nos vimos en el antro tal, mientras contabas un chiste de excusados", sé que miente, pero no porque lo recuerde distinto. Si me dice "nos vimos en la casa de un nerd, y contabas un chiste de monjas" la historia es totalmente verosímil.

domingo, 17 de enero de 2010

Múltiple

Con el apuro de terminar un informe, reconozco al mismo tiempo algunas ideas lúdicas: quisiera estar jugando un juego de video. Al fondo, está el tapiz de mi hambre, que me recuerda que soy tan biológico como la hermana planta, o el hermano chimpancé. Están constantemente taladrando algunos recuerdos, algunos incluso inventados, recuerdos de lo que no fue. Hay imágenes de fantasías y realidades bellas. Rajaduras en mi sistema cardíaco y luces en mi cerebro.

Hoy me reconozco uno y múltiple. Al menos en este momento, siento que comprendo a Walt Withman. Entender que no todas las voces que gritan dentro de mí gritan lo mismo, ni quieren lo mismo, me permite ser más flexible conmigo mismo. No buscar a fuerzas la coherencia interna, sino sólo en aquello que lo requiere porque yo así lo decido.

Incluso puedo permitirme escribir esta entrada de blog tan dispersa.

viernes, 8 de enero de 2010

Primeros días de trabajo

En estos primeros días de trabajo, que además han sido de mucha lluvia y frío, uno se pregunta si Kundera en realidad no quiso decir más bien La insoportable fugacidad de la vacación.

martes, 5 de enero de 2010

Sobre dos canciones del Beatle George

Pablo, de 10 años, causó mi más reciente ataque repentino de risa ayer.

Estábamos escuchando "If I needed someone", de los Beatles y él comentó:

-Es como "While my guitar gently weeps", pero más ranchera.

(aún me da risa recordarlo).

sábado, 2 de enero de 2010

Lo que es la vida y lo que no es la vida

Este era un bibliotecario que se preciaba de conocer todos los libros de su biblioteca. Cuando uno se acercaba y empezaba a balbucir un título, él, con eficiencia y suficiencia, recitaba el título completo, correcto y el autor. Y acto seguido enviaba a alguno de sus subordinados por el libro, o informaba al solicitante que las 3 copias estaban prestadas.

Y eso que su biblioteca era muy grande. Él era el director.

Pero este hombre tan culto tenía un secreto: no le gustaba leer. Jamás leía por placer ni las novelas, ni la historia, ni las matemáticas, ni la filosofía. Ni los comics del periódico, para acabar pronto.

Pero como sabía el título y el nombre del autor de más de 30,000 volúmenes, la gente lo respetaba por su conocimiento y capacidad. Rara vez tuvo que salir del paso demostrando que sabía lo que contenían los libros. Era listo y repasando la lista de títulos de un mismo autor, deducía por dónde iba la obra, así que esas pocas veces logró conservar su estatus de erudito ante la gente.

Lo cierto es que era como un mesero, que va a la fiesta pero no se divierte, sino que presenta canapés y vino. Un estudioso del zen tal vez diría que era como un pez que no sabía lo que es el agua.

Él se consolaba creyéndose como Beethoven, que podía componer pero no escuchaba su propia música.

Pero se equivocaba. El bibliotecario se equivocaba mucho con esa comparación.