viernes, 25 de diciembre de 2009

Nuevamente, testigo.

El otro día, cuando íbamos caminando hacia la iglesia, Ana Karen (de cuatro años), Tania (de siete) y yo, al saber que íbamos tarde, Ana Karen dijo "llegar tarde es entristecedor ¿verdad?" y yo no pude reaccionar muy rápido, pues me di cuenta de que estaba ante una de esas perlas que los niños a veces sueltan para que los adultos entendamos mejor el mundo. Antes de que yo reaccionara, Tania redondeó el asunto con otra perla: "¡Ana Karen, hablas como un poeta!".

Esas perlas que sueltan los niños, pienso que se deben a que siente y piensan cosas tan grandes y tan complejas, que el vocabulario estandarizado no les alcanza, y van y construyen la expresión que les viene bien. Y yo soy feliz de ser testigo de su crecimiento y de su construcción.

1 comentario:

  1. ademas de aprender de ellos, si estamos dispuestos nos hace màs nobles, pero, que responsabilidad tan grande y hemosa para quienes estamos con ellos.
    El otro dìa Mayrin, sin saber porque o còmo, dijo:
    -se le salieron los lagrimones a màma (se acerca con unas palmaditas en la espalda), ya va ha pasar mami-

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