miércoles, 5 de septiembre de 2012

Disculpa, no doy autógrafos


Una vez más, a pesar del complicado tráfico de la ciudad, arriesgando locamente nuestras vidas, el chofer (¿Ramiro, se llama?) logró que llegáramos a tiempo a la alfombra roja. Antes de bajarme del lujoso auto, verifico todos los detalles: peinado impecable, dientes perfectos (aliento fresco), mirada limpia (unas gotas en los ojos, de todos modos, para que brillen y derritan corazones), ropa perfectamente ajustada a mi musculoso y bronceado cuerpo. Abro la puerta, entrecerrando los ojos, pues sé que vienen los flashasos de innumerables cámaras de fans y prensa.

Pero no hay flashes. No hay prensa. ¡No hay fans!

Supongo que llegué temprano. O tarde. Mejor, porque de esa manera, puedo entrar tranquilamente a la suite que ya está preparada para mí, en lo que espero a que me nombren y salgo a recibir mi premio. Botella de champagne, sillón ergonómico, música suave. Todo bien, como siempre. Excepto ese tipo repugnante, mal vestido y despeinado, con mirada insulsa y que respira todo el tiempo como si acabara de correr un maratón o fuera asmático.

-Oyes, oyes, Boris.
-Disculpa, no doy autógrafos. Pero habla con mi representante. Seguro él te puede facilitar uno de los que... de los que firmé antes.
-No, oyes Boris.
-Lo siento. Entrevistas, tampoco.
-No, oyes Boris.
-Eres un fastidio. Si estuvieran por aquí los de seguridad, ya te habrían sacado.
-Pero no están. Oyes Boris.
-¿QUE?
-Oyes, Boris, yo te he visto en tu telenovela. Es muy bonita tu telenovela.
-Gracias, me alegra que te guste. Ahora, si me disculpas...
-Es que sales con tu novia, y es bonito cómo se quieren. Se ve que se quieren de verdat.
-(poniendo los ojos en blanco) sí, sí, es muy bonito. Ella es buena actriz, y por supuesto, ayuda a resaltar mis grandes dotes de histrión. Está muy bien que te guste y bueno, está bien, te voy a dar un autógrafo si eres buen chico y te retiras después de eso ¿sale?
-No, oyes, Boris. Es que a mí me pasó algo muy parecido a lo que les pasa a ustedes. Eso no es bonito. Es muy triste.
-¿De qué estamos hablando? Pasan muchas cosas en la telenovela.
-Es que cuando la tía de ella ¿comsellama? este...
-Katrina Creem.
-Ah, sí, cuando esta Katrina Creem empieza a hacerles la vida imposible ¿sabes? yo tenía una vecina que nos hacía cosas igual de feas, a mi gordita y a mí. Eso no es bonito, Boris ¿me oyes? eso es terrible.
-(suspirando) Sí, terrible. Qué bueno que te gusta la novela. Ahora, como sabes, me van a entregar un premio y tengo que...
-Oyes, Boris, pero lo que sí es bien padre es como la hermana de la novia... esta...
-Queta.
-Ah, sí, cuando esta Queta les ayuda a que la Katrina no les haga daño, y los defiende. Cómo hay gente buena en el mundo ¿verdad? yo creo que hay más gente buena en el mundo que mala ¿no? ¿tú qué piensas, Boris?
-Esteee... sí, claro. En la novela justo lo que queremos mostrar es cómo la gente buena puede más que la mala, y bla, bla, bla, en fin, es un encanto charlar contigo, pero creo que tendrías que irte ya pues tengo que prepararme para...
-No, Boris, pero tú eres muy bueno en la novela. Me gusta mucho cómo le hablas a Juanita cuando ella está triste por aquél mal hombre que la engañó. Este...
-Josafat Antonio. El que la engañó es Josafat Antonio.
-Ése. Es lindo cómo le hablas a la Juanita. Y eso que en la vida real, tú más bien le hicistes a varias buenas personas algo parecido a lo queleizo Josafat Antonio a la Juanita. ¿Te acuerdas de Claudia? ¿te acuerdas de Verónica?
-(alarmado) Oye, idiota, yo no sé de dónde sacaste esos nombres, ni esas ideas ridículas... ya lárgate, por favor ¡seguridad! ¡seguridad!
-(riéndose bajito) ten la seguridad que no van a venir. ¿qué crees que le pasó a Romi? ¿o a Felicia? ¿sí te acuerdas de ellas, o no han estado en tu pensamiento? ¿Teresa? ¿Bianca?
-¿Quién demonios te crees? ¿dónde está mi equipo de seguridad? ¿por qué no te largas de una vez?
-No, oyes, Boris, lo que pasa es que tus novelas tienen historias que conmueven. A mí me encantan.
-(cubre su cara con sus manos)
-En serio, Boris. Es lástima que no seas como tu personaje en la vida real. Quiero decir, es lástima que no hayas sido como él.
-...
-Sí, porque si así fuera, ahorita, después de que Ramiro chocara, no estarías platicando con una representación metafórica de tu castigo infernal, sino gozando arriba, probablemente tomándote una cheve y viendo el fut en las nubes.
-¿Qué ray...?
-Oyes, Boris, te quiero contar cuál es la parte que más me gusta de tu novela. Tengo mucho tiempo para contarte. Siéntate, aquí no hay a dónde ir. Me gusta mucho ¿sabes? la parte en que le dices a la tía Katrina que todo se acaba pagando, que si no tiene miedo del castigo que recibirá por sus pecados. Y cuando ella te contesta que no le teme ni al diablo jajajaja, qué ojos tan fieros te pone ¿verdad, Boris?
-Por... por favor...
-Y luego tú le explicas, con una mirada muy bonita, cómo la gente buena que se ayuda va a recibir su premio, y que tú tienes mucha fe... es muy bonita esa parte. Mi gordita y yo siempre lloramos cuando la vemos. Pero de alegría. La vemos una y otra vez. Y luego la tía se enoja, y hace cosas terribles. Es cuando trae al abogado y los desahucian de la casa ¿te acuerdas, Boris?

3 comentarios:

  1. Pues si no se acuerda Boris, tendrá toda la eternidad para recordar :]
    ¡Ta bueno! :]
    (el relato, no Boris, porque Boris no es bueno, a diferencia de su personaje ¿cómo se llamaba? ¿Carlos Juliano Alexander? Especialmente en el capítulo ese en que... :]
    ¡mUCHos salUCHos! :]

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  2. Qué bueno que te gustó , UCH. No logré ser tan exhaustivo como cierto compañero con las ciudades perdidas, pero sí se entiende que la conversación sobre la telenovela durará hasta que se consuma un cubo de granito de un año luz de arista que un pájaro cada diez mil años roza ligeramente con su pico. ¡Saludos!

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  3. No se puede ser exhaustivo con el infinito :]
    Sólo podemos esbozarlo... :]
    ¡mUCHos! :]
    PD ¡y mUCHas gracias por leer las perdiciones de las ciudades perdidas! :]

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