Acabo de ver este increíble video de Bobby McFerrin, via el Maikelnai's blog. Es de esos que, además de provocarme muchas reflexiones, a velocidad desenfrenada, terminan por conmoverme hasta las lágrimas, sin saber yo bien por qué en un principio.
Imagina a un hombre que enseña al público del Festival Mundial de la Ciencia a tocar música sin usar instrumentos, pero con una notación que se va a aprendiendo sobre la marcha... no lo voy a explicar bien. Mejor, míralo:
Ojalá te haya gustado tanto como a mí.
Por cierto, ya sé por qué me hizo llorar: porque me parece una evidencia muy tangible de que somos sólo una, la gran, familia humana.
Ah, sobre la respuesta al título de la entrada: la música está en todas partes, pero sobre todo, dentro de nosotros.
Hermosísimo. ¡Es increíble todo lo que queda aún por explorar por el ser humano! Nuestras posibilidades de comunicación son infinitas. (Uff, qué alivio!!!). Algo se me atoró en la garganta, y fue entre emoción, tristeza y ganas de salir corriendo hasta ese lugar, tan distinto a este, donde sólo se busca cerrarnos la posibilidad de comunicarnos.
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