miércoles, 26 de agosto de 2009

Afrontar la adversidad como una flor

En un grupo académico al que tengo la suerte de pertenecer, y que recientemente ha sufrido ciertos reveses, recibimos una hermosa carta de Ana bel León Trueba, que es parte del mismo. Su carta llama a la esperanza, y a trabajar por ser más fuertes, resistir por el bien común. Ella me ha autorizado para copiar esta parte, que no requiere de más explicación:

- Quisiera compartir con ustedes lo que un tanisa´nu (anciano reconocido en la comunidad de Apoala, Oaxaca, por su sabiduría y experiencia) les dice a las personas que la comunidad eligió como autoridades en el momento en que estas toman posesión de su cargo:

Que nos aguanten y que nos soporten
Como la flor bonita, como la siempreviva
Que pensaron y establecieron desde el inicio
Los antepasados para recibir y dar honor.

Porque ésta florece sobre piedra, sobre árbol
En un terreno fértil, en un terreno durísimo
No es una flor mala, es una flor muy buena
No le pesa, no le duele, florece, es aguantadora.

Así hablo, así imploro a nuestra autoridad
Sean fuertes y hagan poderoso su corazón

El anciano hace una analogía con la flor amarilla llamada “siempreviva”. Ubaldo, antropólogo originario de Apoala menciona: que “es una flor de mucha resistencia y de florescencia perenne y vivaz. De la probidad de la flor nace la exhortación, pacto y compromiso de colaboración con las autoridades nuevas. El discurso en reiteradas veces evoca la fuerza, poder y resistencia de la flor, y ese poderío es lo que solicitan a los elementos de la autoridad durante su periodo de servicio-trabajo, para que hagan lo mismo en la lucha para el progreso del pueblo, para la tranquilidad de la comunidad y la felicidad de los ciudadanos en general.”

Estos son solo algunos fragmentos del discurso del anciano sabio a los jóvenes ciudadanos que fungirán como autoridades por un año, no recibirán remuneración alguna en dinero, pero recibirán el agradecimiento y reconocimiento de la comunidad. Estas comunidades indígenas llevan más de 500 años resistiendo. -

Gracias, Ana bel por compartir un poco de lo que recoges por el camino. El que comparte, engendra.

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