viernes, 13 de abril de 2018

Los acertijos de ingenio, mi adolescencia y una botella con mensaje al mar

Se me ocurrió ver si existen de manera electrónica algunos de mis acertijos de ingenio favoritos. La búsqueda resulto en un viaje dentro de mi memoria, y las ganas de conectar con una editorial que hacía unas revistas de acertijos increíbles, que leí y resolví durante muchos años: Editorial Zugarto.

Me decidí a escribirle a los editores, pero como no estoy seguro de que la dirección de correo que tengo sea vigente, y como en Internet todo se acaba por encontrar un día u otro, decidí colgar una copia de mi carta aquí (también porque podría ser el viaje al recuerdo de algunos otros resolutores de acertijos):

Estimados señores de Zugarto ediciones:

Esperando no abusar mucho de su tiempo, quiero contarles que son gran admirador mexicano de las revistas de Zugarto Ediciones desde hace aproximadamente 35 años. Sí, creo que no me falla la memoria al recordar que yo ofrecía a mis padres ir a comprar el pan porque junto a la panadería de mi barrio había un kiosko de revistas que me parecía mágico: el único que vendía revistas como Cábala, Orión y mi gran favorita (que pronto desapareció): Dracma (no recuerdo si esa era la ortografía que utilizaban, tanto tiempo ha pasado). Compraba Dracma cada vez que la veía, porque tenía pasatiempos que nunca antes había visto, y sabía que aparecía y desaparecía misteriosa y aleatoriamente en el puesto de periódicos. Sospeché siempre que había mucho de serendipia en el hallazgo de revistas ZE en México.

Tras la desaparición de Dracma, aprendí a apreciar muchísimo a Cacumen, que también tuvo una duración limitada a pesar de su enorme calidad y vocación por difundir temas matemáticos interesantísimos a la gente de a pie, como yo. 

Cuando dejó de editarse Cacumen, tuve que conformarme con Logic, Picto Logic, El ojo sagaz y de vez en cuando Ochoxocho. Tengo un espacio en mi librero que atestigua lo mucho que me gustan los productos de Zugarto desde hace tanto tiempo. A veces soñaba en encontrar algunos de los libros de Gardner, y otros autores que ustedes también editaban, pero nunca tuve esa suerte.

Ahora la vida es muy distinta. Ya es muy difícil para mí traer una revista de pasatiempos bajo el brazo, pero en cambio, sigo jugando cosas que aprendí con ustedes, en versiones electrónicas: sudokus, kakuros, batalla naval... pero echo de menos las mesas de relojero. Ese pasatiempo y su primo, las columnas movedizas, me gustaban mucho, me parecía mágico lograr encontrar la manera de hilar las piezas para que formaran un párrafo coherente a partir de pequeños fragmentos de información. Me gustaba el estado mental en que me ponía intentarlo.

Por esto, quisiera proponerles, o más que proponerles, hacerles notar, que con el enorme caudal de pasatiempos de alta calidad que Zugarto Ediciones ha diseñado a lo largo de los años sería sencillo que ustedes sacaran algunas aplicaciones para el móvil o para tabletas, que pudieran rescatar estos y otros pasatiempos. ¿Qué les parece? Pienso que las nuevas generaciones merecen acercarse a estos puzzles tan ingeniosos y tan bien cuidados.

Y eso es todo. Yo no vendo soluciones informáticas ni mucho menos. No tendría idea de donde empezar en este tema, pero cuando entro a los programas de la editorial Conceptis que tiene aplicaciones para el móvil muy sencillas pero bien cuidadas para resolver kakuros, sudokus, etcétera, suspiro por ver algo similar pero con los pasatiempos que me acercó hace muchos años la editorial Zugarto. 

Una nota para vuestros contadores: conceptis cobra 19 pesos mexicanos (más o menos un dólar americano) por 50 pasatiempos breves que se descargan desde internet, y yo los he pagado varias veces de muy buena gana).

Lanzo este mensaje como una botella al mar, porque ni siquiera estoy seguro de que ustedes reciban este correo. Pero sería un gran gusto que no sólo lo reciban, sino que pronto me encontrara con alguna aplicación de Zugarto para el cel o la tableta.

Idea bonus: ¿no sería también interesante distribuir los libros de Zugarto en versión electrónica a través de amazon? a ver si finalmente me hago de alguno de ellos.

En fin. Gracias por tantos años de ingenio, magia y aprendizaje. Un abrazo,

Andrés Sánchez.

2 comentarios:

  1. Hola. En la secundaria yo también me volví fanático de la revista Dracma y, al igual que tú, andaba con ella bajo el brazo todo el tiempo. No hubo sala de espera que se volviera aburrida. Fue el único tipo de literatura que me autorizaron llevar a la escuela. Extraño infinitamente la revista dracma y los juegos que mencionas. Cábala y Orion son buenas, pero Dracma se llevaba lead palmas. Ojalá y den curso abierto a tu propuesta.

    ResponderEliminar
  2. ¡JPMarichal, muchas gracias por tu comentario! Me da gusto, de alguna manera, que otras personas también recuerden esas pequeñas cosas del pasado que han sido tan importantes para mí.
    Casualmente, hace unos días compré un Cábala para ver qué tipo de pasatiempos incluía, y me dio gusto ver que tiene dos mesas de relojero y dos columnas movedizas, que eran dos de mis favoritas en Dracma. Ojalá en Zugarto sí se les encienda el foco en algún momento y saquen a la luz toda la riqueza en pasatiempos que han construido en cuarenta y tantos años de la editorial ¡Saludos desde México!

    ResponderEliminar