miércoles, 28 de octubre de 2009

Una de esas recetas para tener un minuto de cielo

Pequeña receta que descubrí hace un rato:


  1. Ve a una tienda de música y compra una uña para tocar guitarra. ¡Que sea una estrafalaria!
  2. Agarra un cepillo para el pelo.
  3. Busca niños. Llega con el cepillo para el pelo junto a ellos, con cara muy seria.
  4. En el momento menos pensado, inicia tu mejor imitación de un rockero haciendo un solo de guitarra, con el cepillo como guitarra y dándole a las cerdas del mismo con la uña estrafalaria.
  5. Risas. Muchas risas. Felicidad instantánea para llevar calientita en el pecho.

martes, 13 de octubre de 2009

Bocetos de un cuento que no escribiré

Julián escribió en su blog:
Creo que Crispín, el portero de mi edificio, no es lo que parece; siempre responde con palabras más cultas de lo que sería de esperar cuando uno le hace alguna observación, y desde el día en que llegó no ha habido agua en el edificio de manera constante. Si me permitiera ser paranóico por un momento, diría que se lleva el agua para otra parte, o que nos hace ahorrarla a fuerza. Si me permitiera ser ultra paranóico, diría que Crispín es parte de un grupo grande, organizado, que nos obliga a ahorrar agua, en beneficio de alguien más, tal vez las colonias pobres de Iztapalapa.


-Mon dieu!- Pensó Crispín cuatro pisos abajo. -Debo decirles a los muchachos que debemos dejar esta colonia. Hemos sido descubiertos. Además, ya casi llenábamos la última pipa, así que podemos volver a empezar en Polanco o la Condesa.

sábado, 10 de octubre de 2009

Futuro energético

Una pregunta que tal vez tengan que plantearse los ingenieros del futuro cercano, si no logramos desarrollar tecnologías de producción energética que sean limpias, sustentables y poderosas:

(Digamos que tomado del cuaderno de notas de un ingeniero de mediados del siglo XXI):

"¿Qué es más eficiente: tener una dinamo pequeña en cada una de las bicicletas de 100 personas*, o conectar la cadena de las 100 bicicletas a una dinamo grande?"





*Personas muy especiales con un doble interés: la ciencia y el deporte. Esto hace que pedaleen gratis en sus bicicletas estacionarias de alta tecnología mientras se enorgullecen de estar generando electricidad (que es una rareza escasa en este momento) para una universidad que desarrolla investigación para resolver el problema energético. Es curioso, porque su esperanza es que la investigación encuentre la solución, y cuando la encuentre, ellos dejarán su estilo de vida pedaleando para las universidades. Varios de ellos llorarán y se sentirán vacíos y sin sentido cuando algo insospechadamente parecido a la fusión fría, pero con algodón de dulce, demuestre gran capacidad de generación eléctrica.

viernes, 9 de octubre de 2009

Ocio de un viajero del tiempo

Este viajero en el tiempo, cuando se aburría, se ponía a inventar maneras para tratar de vencer la paradoja del viajero en el tiempo. 


Por ejemplo, él tenía conocimiento de la existencia de los viajes en el tiempo desde el 12 de diciembre de 2007. Así, trató de mandarse mensajes demostrando (a partir de información de lo que sucedería en el futuro) que el viaje en el tiempo es posible, a fechas previas al 12 de diciembre de 2007. Su alter ego de esas fechas previas nunca logró enterarse de qué decían esos mensajes: a veces se le volaba el papelito, otras se incendiaba, o estaba demasiado oscuro para leer y luego lo dejaba olvidado. Una vez leyó la primera parte y luego lo arrugó, molesto, porque estaba buscando una factura, no cuentos de ciencia ficción. Otra vez un perro se lo arrancó de las manos. 


Cuando trató de mandarse correos electrónicos al respecto, se encontró con dos fronteras: la primera era una barrera antispam que siempre devoraba sus mensajes a sí mismo, cuando hablaban de viajes en el tiempo. La segunda, era que no podía mandarse nada a antes de marzo de 1995, si quería hacerlo a través de Internet, ni tampoco antes de marzo de 1993 si quería hacerlo a través de un BBS local. La simetría de fechas no lo consolaba.


Trató de escribir grafitti en las paredes cercanas a la universidad a la que hace muchos años iba. Escribía, una madrugada "El viaje en el tiempo existe, Lazarus, despierta y míralo. Esta es tu letra. Este eres tú escribiendo de madrugada, con cuarenta y un años, para que pases por aquí y mires este letrero con tu mochila a la espalda a tus vein" y se acabó la pintura en aerosol. Lo cual no importaba, porque de todas maneras, para cuando Lazarus veinteañero pasaba por ahí al día siguiente, ya habían blanqueado la pared y pintado encima algo sobre lo bueno que sería para el país entrar a un Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos y Canadá.