martes, 13 de octubre de 2009

Bocetos de un cuento que no escribiré

Julián escribió en su blog:
Creo que Crispín, el portero de mi edificio, no es lo que parece; siempre responde con palabras más cultas de lo que sería de esperar cuando uno le hace alguna observación, y desde el día en que llegó no ha habido agua en el edificio de manera constante. Si me permitiera ser paranóico por un momento, diría que se lleva el agua para otra parte, o que nos hace ahorrarla a fuerza. Si me permitiera ser ultra paranóico, diría que Crispín es parte de un grupo grande, organizado, que nos obliga a ahorrar agua, en beneficio de alguien más, tal vez las colonias pobres de Iztapalapa.


-Mon dieu!- Pensó Crispín cuatro pisos abajo. -Debo decirles a los muchachos que debemos dejar esta colonia. Hemos sido descubiertos. Además, ya casi llenábamos la última pipa, así que podemos volver a empezar en Polanco o la Condesa.

1 comentario: