sábado, 16 de diciembre de 2023

También hay que decir lo bueno

 Mi mamá volvió muy contenta de su quimioterapia en la Clínica Gineco 4 del IMSS, y me contó por qué. Como los dos pensamos que siempre hay que tratar de fijarnos también en lo bueno, y en este caso hubo muchas cosas buenas, lo voy a contar aquí.


 Esta historia la quiero contar porque no me la quiero quedar para mí sola

A mis 82 años ya no me hacen ningún estudio de mastografía, ni papanicolau, porque parecen ya no ser necesarios. pero accidentalmente, bañándome, encontré una bolita. Fui con mi querido doctor de la clínica 28 del IMSS y confirmó que había un tumorcito. e inmediatamente pidió a la enfermera que hicieran una cita a la clínica de mama, que me dieron para 3 días después. El doctor me explicó que ahí, en el mismo día, me harían una mastografía, si era necesario un ultrasonido y, si encontraban que se requería, una biopsia. Efectivamente, todo eso sucedió en el mismo día y con una gran atención.

Antes de 8 días me dieron los resultados. Efectivamente, había un tumor maligno. Pero de ahí salí con cita para la gineco 4 del IMSS, en donde me atenderían de todo.

Llegar a la gineco 4 fue como entrar a un mundo de amor. ¡Benditos sean!

En cuanto llegas, encuentras calidez, empatía, entrega, BONDAD. Desde los policías de la entrada, los camilleros, enfermeras y enfermeros, y médicos, todos, muestran su entrega y amor. no me cansaré de agradecerles toda la vida.

Ahí me operaron y me han hecho 6 sesiones de quimioterapia en las que he sido atendida maravillosamente. ¡Y todo ha sido con mucha velocidad, en pocos meses!

Quiero poner un par de ejemplos de cómo me trataron, pero la verdad es que todo el tiempo que estuve ahí hubo muchas acciones bondadosas de toda la gente... incluyendo familiares de las personas atendidas, algunos de los cuales al principio llegaban con cara de enojados, pero poco a poco se iban "contagiando", y al final ayudaban de manera solidaria en lo que se necesitara.

El primer ejemplo pasó cuando estaba en mi quinta quimioterapia. Para la quimio me sentaron en un reposet muy cómodo, y en cada ocasión había que conectarme un suero a una vena del brazo y durante varias horas dejar que goteara para entrar a mi cuerpo. El ambiente en esos espacios ha sido cordial y siempre hay plática entre las personas que estamos en esa sala común de quimiterapia. El día de mi quinta quimio, no llevé una cobijita para taparme (la quimio, junto con la época invernal, me da mucho frío durante las horas que dura el goteo). Al menos llevaba mi chal. Una enfermera muy amable se ofreció a taparme mejor con mi chal, y lo distribuyó para que me tapara las piernas hasta los pies, y luego me trajo una sábana doblada en 4, y me arropó con mucho cariño y de manera tal que quedé muy calientita y confortada; me quedé dormida un buen rato durante el proceso de goteo.

En la sexta quimio, paso algo un poco más dramático. Por error, el auto que nos llevó nos dejó en la clínica 8 (que está junto a la Gineco 4, pero yo no sabía que era otro hospital) en el área de urgencias. En silla de ruedas paseamos por toda la clínica 8 buscando cómo pasar al edificio donde yo sabía que me tocaba mi quimio, pero no había manera de pasar; las dos clínicas, aunque están juntas, no tienen una conexión, o al menos nosotros no pudimos encontrala. Mi hija Ale, que me acompañó y llevaba la silla, estaba angustiada porque se iba pasando la hora de la cita y no encontrábamos cómo resolver. Cuando entendimos que no estábamos en la clínica correcta, preguntamos si podíamos sacar la silla de ruedas para que me llevara a la Gineco 4. nos dijeron que no. Entonces Ale fue a la Gineco 4, explicó la situación y le dieron una silla de ruedas, y le dijeron que sí podía sacarla a la calle para ir por mí a la clínica 8. En un segundo, y con una actitud diferente, logramos algo que, de otra manera, hubiera sido muy difícil para mí (caminar por la calle, que en esa zona tiene muchos obstáculos, de una clínica a otra).

Ustedes pueden ver por qué digo que la Gineco 4 es un espacio de amor. Con pequeñas acciones constanemente llenas de bondad y de comprensión, todo el personal de la clínica genera un cambio que a mí me parece muy importante, en la manera de atender y de apoyar a quienes estamos transitando por un proceso de lucha contra el Cáncer. Y sigo esperando resultados...