Ana Karen, de 9 años, me acaba de contar un sueño que tuvo anoche. No me siento capaz de reproducir el dramatismo con que me lo contó pero lo voy a intentar:
-Soñé, papá, que íbamos a otra ciudad, y encontrábamos un lugar donde nos daban alojamiento. Pero sólo el lugar para dormir. Todo lo demás teníamos que conseguirlo nosotros.
-¿Comprábamos la comida?
-No, porque sólo teníamos unos papelitos.
-¿Billetes?
-No. Papelitos de colores. Teníamos que hacer todo plegando papelitos de colores: pizzas de papelito, hot cakes de papelitos, espagueti de papelitos. Hasta los platos y los cubiertos los teníamos que hacer de papelitos.
-¿Éramos pobres?
-Éramos ricos en papelitos. Pero sí, pasábamos hambre.